lunes, 14 de noviembre de 2022

Cómo te va con tus promesas ?

Todo el que promete algo busca encender la ilusión de alguien más, y si lo logra, el peor error que se puede cometer es el incumplimiento. Esta máxima opera de la misma forma en el terreno personal y en el ámbito empresarial. De nada sirve dar explicaciones del por qué no se hicieron las cosas: los pretextos sobran y las excusas no son suficientes.

Casi a diario nos encontramos con una colección de promesas que se hacen sin que se vayan cumpliendo. Cuando algo se promete, hay que cumplirlo. Aunque parece evidente, no siempre lo es.  Hay quienes prefieren mirar a otro lado antes que hacer que las cosas funcionen como deben de ser. Para muchos, es mejor elaborar un pretexto que resolver un problema pues el camino de la disculpa es más sencillo.Hace días tuve la oportunidad de visitar dos centros comerciales el mismo día . En sus baños  el contraste fue evidente. El primero : lustroso , iluminado , limpio . El segundo oscuro , llaves dañadas , puertas rayadas . En ocasiones llega gente nueva que se acostumbra al deterioro sin darse cuenta de que está mal porque nunca conoció lo que estaba bien. En general, los seres humanos dejamos de reparar las cosas por tres razones principales: Porque no sabemos cómo hacerlo, porque no tenemos tiempo para hacerlo o porque no nos gusta hacerlo. En cualquier caso, nos estamos aproximando a escenarios realmente peligrosos. Los ejecutivos pueden ser tolerantes, incluso indulgentes con estos temas; los clientes no. En los proceso o políticas , hay que ver con ojos de cliente .Si no sabes cómo, no quieres o no te gusta, busca a alguien que lo haga. Uno de los problemas más frecuentes, en empresas grandes y pequeños negocios, es posponer las soluciones,Incluso, hay extremos en que los procesos se alteran y resulta más costoso operar mal que operar bien. En cambio, quienes hacen frente a los problemas desde el principio, tienen mejores posibilidades de salir adelante mejor y más rápido. Un buen indicador lo constituyen las opiniones y quejas de los clientes. Son ellos los que dan la pauta de aquello que necesita ser reparado, los que nos alertan y nos hacen ver aquellas promesas que no se le están cumpliendo. Mientras más rápido se atiendan, mejor. Por eso, si algo está descompuesto, no hay que darle la vuelta: ¡Arréglalo! La promesa que no se cumple es una muestra de que hemos dejado de ver al cliente. Un negocio que no toma en cuenta a su consumidor va camino al fracaso.No importa que en un momento determinado sea el líder, si hace enojar a quien es su fuente de ingresos, tarde o temprano terminará sin ventas. Si buscamos conquistar por medio de una promesa, lo mejor que podemos hacer es honrarla.  


Como siempre : “PERDONEN LA POQUEDAD”

1 comentario:

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