martes, 27 de diciembre de 2022

MANDAR DIRIGIR O LIDERAR

¿MANDAR, DIRIGIR O LIDERAR?


¿Mandar, dirigir o Liderar?

Se han escrito ríos de tinta sobre el concepto de dirigir y de liderar.

A menudo se subvalora el concepto de “liderar” y de “líder”.  Para muchos, ser líder quiere decir “ser el primero en una organización”, o “ser famoso”, o “tener poder”, o… sentirse poderoso.

Independientemente del modelo de las organizaciones (más o menos horizontales o verticales e incluso jerárquicas), el concepto de líder adquiere especial relevancia.

El líder define objetivos y traza y facilita el camino para conseguirlos. Sabe hacer equipo y lo consigue valorando a las personas que lo forman. Transforma grupos en equipos. Hace de la confianza un valor primordial.  Cabe destacar, que conseguir confianza entre las personas de las organizaciones es uno de los retos más difíciles.

Un líder es valiente, humilde y respetuoso con todas las personas. Escucha y sabe escuchar. Sabe que él no es más  importante ni sabe más que los demás, porqué desde su posición todos y cada uno de los miembros de la organización aportan.

El líder sabe que fundamentalmente tiene una importante responsabilidad: definir los objetivos y poner los medios para conseguirlos haciendo que todos los miembros del equipo se comprometan, se ilusionen, crezcan, crean en ello y se sientan bien para evitar que abandonen.

Dirigir es una de las funciones del líder. El responsable de una organización o de una empresa, define objetivos y pone los medios para que se lleven a cabo. Soluciona los problemas que se presentan y hace fácil el desarrollo del trabajo para conseguirlos.

En demasiadas organizaciones se confunde liderar, dirigir y mandar.

El directivo sin liderazgo: manda. Da órdenes.

Quiero señalar que en las organizaciones jerárquicas por naturaleza (policía, ejército…) las órdenes de los mandos operativos son imprescindibles para resolver problemas graves que llevan consigo la seguridad de las personas. Las organizaciones jerárquicas requieren líderes y directivos, los cuales deben dar órdenes para conseguir la finalidad que persiguen. Este tipo de organizaciones requiere de reflexiones específicas.

Pero la mayoría de las organizaciones de nuestra sociedad no son ni deben ser jerárquicas por naturaleza. En general cuando un directivo acude a la jerarquía, está mostrando la debilidad de su liderazgo.

Las órdenes, el mando y el uso de la superioridad en las organizaciones son el principal síntoma de la falta de liderazgo de los directivos.

El talento es el bien más preciado de las organizaciones. El talento se retiene solo con liderazgo de sus directivos.


PERDONEN LA POQUEDAD !!!

Cuando alguien se sienta poderoso por sentirse superior, por favor, que se interrogue sobre sus inseguridades y sobre sus miedos. La respuesta es la humildad y con ella escuchar, aprender, respetar y entender que la aportación de todos es la solución.

Ser líder es posible. Solo requiere de quererlo ser. Como he repetido en tantas ocasiones:
es necesario tener el coraje  y la humildad para serlo.

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